Alguna vez a un escritor le preguntaron para que servían los horizontes y este contestó:
“para ir más allà”. El saber, al igual que una extensa explanada, se abre para nosotros como una posibilidad para la aventura, para lo desconocido, para lo improbable, para lo sorpresivo, pero una vez recorrido el terreno, surge el deseo de ir más allá, de superar el horizonte y entrar en otra posibilidad territorial, en un nuevo espacio para la sorpresa.
Plantearnos el saber como un territorio que hay que recorrer de manera cuidadosa, deteniéndonos en lo nimio y lo grande, convierte el proceso en una estrategia que se va alimentando de la prudencia, la disciplina, la entrega y el riesgo que implica lo novedoso.
Lo anterior, me pone ante la incertidumbre de lo sorpresivo o asombroso, que puede ser este curso, frente a las exigencias que irán surgiendo, frente a los niveles de aprendizaje que se pueden desprender de un área como esta, que siempre estará sometida a los vaivenes de las mentalidades.
¿Qué puedo esperar de este espacio de aprendizaje?
¿Qué dudas puedo tener?...
Las respuestas, siguen manteniéndose en el borroso espacio de la duda. Las dudas que puedan surgir, sòlo servirán como punto de apoyo para mover el mundo del saber. Somos seres de aprendizaje sorpresivos, de diferentes posibilidades intelectivas para atrapar el saber, de diversas estructuras mentales para procesar la información y en este sentido un nuevo reto de aprendizaje siempre nos pone alerta como quien se siente rodeado de extraños.
Al igual que el recorrido que se hace por un territorio desconocido, que precisa de un guía para aprovechar mejor el desplazamiento, el saber, también requiere de quien le dirija, le oriente, le enriquezca y le convierta en una nueva visión del mundo.
Por lo anterior, es que habría que pensar que, las dudas, que surgirán en este proceso, serán el punto de referencia para enfrentar el saber, las dificultades, serán la posibilidad para el enriquecimiento colectivo y el blog, como construcción personal de aprendizaje y como espacio para compartir a los otros, sólo debe convertirse en el verdadero territorio del intercambio de los nuevos hallazgos que surgirán en el proceso colectivo.
Que agradable encontrarse con una reflexión tan interesante como la que haces Piedad... cierto que comenzar y lo inhóspito siempre le genera a uno dudas y estoy seguro que en todos los ámbitos... me acuerdo días y horas antes de que naciera mi hija, o de que saliera del país por primera vez, qué decir de el primer día de trabajo o en la universidad... lo que sí creo después de padecer y disfrutar de la incertidumbre en varías ocasiones es que escribirse a uno mismo es un buen ejercicio y si eso lo puede leer alguien y aportarle a uno a desaparecer la incertidumbre tanto mejor.
ResponderEliminarPiedad lo que te puedo adelantar es que vas a conocer muchas herramientas nuevas, que por ser herramientas no son lo importante, sino la posibilidad de compartir con otros colegas, conocer sus escritos, ser parte de ellos, colaborarles y ser coautor de sus escritos.
Pienso que será una nueva experiencia sobre todo por dos conceptos fundamentaeles lo abierto (aquí el control es de todos) y la autonomía (tu te gobiernas a ti misma, pero piensas en los demás cuando actúas)
Bienvenida y ojalá podamos seguir leyendo tus reflexiones.
HOLA PROFE ANDRÉS: AGRADEZCO SU COMENTARIO Y LAS PALABRAS DE ALIENTO FRENTE A ESTA NUEVA AVENTURA CON EL SABER. eSPERO MEJORAR CADA DÍA Y ALCANZAR LOS LOGROS PROPUESTOS EN ESTA MAESTRIA
EliminarMe gusta tu primer ejercicio porque me plantea una reflexión sobre los tipos de escritura y sus propósitos. En este caso nos das unos párrafos bastante agradables y con un tono muy personal que no les resta profundidad y por el contrario los hace mas "gustosos".
ResponderEliminarBien por este ejercicio de escritura en el que también comenzamos a conocernos mejor.
Hola profesora Gloria: Su comentario sobre mi texto, me motiva a continuar mejorando mi proceso de aprendizaje y exigiéndome cada vez más en mis ejercicios escriturales.
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